02 julio 2013

El entusiasmo por la crónica de Alberto Salcedo

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Una historia real, que explique cualquier aspecto del mundo poco conocido, que tenga valor intemporal porque explora la condición humana y escrita con estilo periodístico pero con recursos y talento literario. Si partimos de esta definición de crónica, uno de los maestros es el colombiano Alberto Salcedo Ramos. El Ortega y Gasset 2013 de periodismo impreso, por su crónica La travesía de Wikdi, ha sido el último premio que suma Salcedo por su trabajo; aunque hay que destacar también su labor como divulgador de las posibilidades de la crónica, en numerosos escritos y clases, en los que explica su forma de entender el género y transmite su entusiasmo por narrar.

Los párrafos siguientes resumen las palabras de Alberto Salcedo, a partir del taller que impartió en la Asociación de Periodistas de Aragón y distintos artículos. Me he limitado a seleccionar y ordenar por temas las ideas de un periodista que se muestra enamorado de su oficio, para el que contar historias es "algo afín a mi naturaleza".

Las virtudes del cronista
Honestidad. Frente a la objetividad, comprometerse con una verdad propia, pero no venderla como absoluta.
Curiosidad. La principal cualidad del cronista es querer saber más siempre.
Entusiasmo. Aunque en cualquier lugar se esconde una historia digna de ser contada, hay que dejarse llevar por los temas que personalmente atraigan; citando a Norman Mailer: "Cuando un tema te produzca ganas de trabajar, no lo sometas a la duda".
Paciencia. Darle a la realidad la oportunidad de que nos sorprenda; no pretender reunir el material en una entrevista sino estar tiempo con los personajes para ver qué dicen cuando no responden preguntas, lo que muestran con sus actos.

La organización del texto
Como en el cine o el teatro, la base de la crónica es la escena; es decir una estructura narrativa compuesta por una unidad de tiempo, acción y lugar, además de un ritmo propio. Como lector, resulta más creíble ver al personaje de la historia organizando las pastillas dentro del botiquín que recibir la información de que es un tipo hipocondríaco; aunque las escenas deben estar fundadas en una estructura que incluya diálogos, imágenes, buen lenguaje...
A algunas historias le conviene la linealidad, pero en otras ocasiones es mejor anticipar el final. Hay que contarse primero la historia a uno mismo para plantearse cómo puede narrarse de forma más eficaz; aunque una regla es plantear el tema con claridad en los cuatro primeros párrafos.
Centrarse en las acciones reveladoras del personaje y las que sean interesantes para el lector. Seleccionar lo que se narra buscando los elementos que hagan sentir al lector que está allí y teniendo en cuenta esta frase de Hickock: “el cine es la vida misma sin los momentos aburridos”.
La presencia del autor en la escena solo se justicia cuando sirve para dar credibilidad a la historia; por ejemplo para explicar cómo se sabe un dato.

El proceso de trabajo de una crónica
Por encima de documentarse o preguntar, por más que imprescindibles, la clave de una buena crónica es buscar la verdad más allá de las voces de los protagonistas, algo que solo se puede hacer acompañándolos en sus espacios habituales y diferentes momentos, para ganarse su confianza y ser testigo de las acciones que de veras definan su carácter.
Naturalmente, esto requiere preguntar y preguntar; pero sobre todo acompañar. Para lograrlo, lo mejor es no hacer entrevistas tomando notas, sino utilizar una grabadora, que además permite captar el ambiente y sirve para añadir reflexiones y notas sobre el trabajo de la jornada.
Nunca saltar del trabajo de campo a la escritura. Primero, siempre pensar cuál es la ruta de viaje que más le conviene a la historia. Encontrar el tono para la historia y ser claro.
Reescribir y reescribir. Procurar depurar los textos, leerlos una y otra vez, y encontrarles problemas cuando parece que ya están bien.

Para los interesados en la obra de Alberto Salcedo Ramos termino con tres recomendaciones: una extensa entrevista en el ebook gratuito "Echar el cuento", publicado por Ecicero; una buena muestra de sus escritos y las ideas sobre la crónica de otro de los maestros del género, Martín Caparrós, en este post.

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