23 enero 2014

Lo malo del periodismo 2.0 según sus practicantes

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No cabe duda de que el periodismo ha sido una de las profesiones más afectadas por la revolución de internet. Con el avance de las TIC han surgido nuevas posibilidades, nuevos retos y también nuevos problemas.
El blog TreceBits lleva dos años entrevistando a periodistas de toda clase de medios y trayectoria sobre cómo está cambiando el oficio y las reunió todas, 70 en total, en un post publicado en enero. Solo la lectura de los titulares ya ilustra sobre las muchas caras de la relación periodismo-internet. Y la lectura de todas las entrevistas demuestra que los profesionales consideran que algunos cambios han sido a peor. Apenas ocho entrevistados no señalan, en mayor o menor grado, consecuencias negativas.
Esto es un resumen de las cuestiones negativas más citadas; lo malo del periodismo actual según quienes lo ejercen.


Pérdida de rigor
La queja más repetida: la difusión de informaciones falsas o erróneas por no verificar las fuentes. Al menos 17 entrevistados, se extienden sobre este tema.
El más contundente es David Bollero, excorresponsal de Público y freelance en Londres: "Importantes diarios de tirada nacional han cometido errores garrafales por ser los primeros en dar una noticia que ni siquiera era exclusiva, por no contrastar sus fuentes. En la actualidad, el más pintado se la cuela a un diario. Y eso es fatal para nuestro oficio, para nuestra credibilidad que debería estar en el ADN de cualquier periodista".
Este problema se suele relacionar con la cada vez más rápida circulación de las noticias, o bulos; pero precisamente eso hace más importante cumplir escrupulosamente las labores de verificación y contraste. Como señala Sergio Sauce, responsable de la web Gonzoo, la obsesión por la rapidez "es algo entre periodistas, a los lectores imagino que les importa poco quién fue el primero en dar la noticia, sino quién la ha ampliado mejor o puede aportar una mejor criba de fuentes".
Además, otros entrevistados inciden en rasgos específicos de las redes sociales que se relacionan con este problema. David Plazas, editor en The News-Press Media Group, señala cómo los consumidores de redes sociales "tienden a creer a sus amigos y contactos". Y es también Bollero quien destaca que hay una responsabilidad de todos: "Y como lectores, por favor, dejemos de una vez de leer en diagonal para opinar y tuitear cuanto antes".

Pérdida de calidad
Muy relacionada con lo anterior está la crítica de que la abundante información que circula por internet ha favorecido un periodismo "de corta y pega" (José Antonio Gavira, expresentador del informativo de Antena 3 y Miguel Ángel Uriondo, redactor de Actualidad Económica)  o de "ver las cosas por televisión" (Carmen del Riego, presidenta de la APM).
Otros inciden en la falta de agenda propia y en que se prima la rapidez y la cantidad sobre la calidad. Así, para Ramón Salaverría, profesor de la Proyectos Periodísticos en la Universidad de Navarra, muchos medios "se limitan a ser reactivos y no proactivos. Sólo cubren la actualidad y no se buscan temas".Y en palabras de Iñigo Kortabitarte, director de Innovación en Grupo El Diario Vasco Multimedia "los periodistas de internet en general han estado más centrados en editar y gestionar información que en salir a la calle a hacer periodismo".
Por su parte, Mariola Cubells señala entre los efectos de las redes sociales en el periodismo: "un batiburrillo a veces desconcertante, la necedad, la impertinencia… Y sobre todo, han hecho que se pierda de vista algo fundamental: la importancia del ejercicio reflexivo y riguroso del periodismo".

Pérdida de relación con la calle
Quizá puede considerarse un aspecto concreto de la pérdida de calidad, pero otra crítica muy extendida es está que formula Pedro de Alzaga, subdirector de cuartopoder.es: "Como sucede en cualquier sector cuando mejoran sus herramientas, nos hemos vuelto más comodones y hemos abandonado prácticas muy necesarias para la profesión, como el trato directo con las fuentes y el salir a la calle".
Hasta ocho entrevistados más repiten esta idea, algunos aportando distintos matices. Irene Gómez Peña, coordinadora de ABC.es, señala el peligro de que los temas extendidos en las redes sociales marquen la agenda informativa en vez de la actualidad; David Plazas, editor en The News-Press Media Group, teme "que los periodistas dependan demasiado de las redes sociales y se olviden de las técnicas tradicionales"; y Martha Kang, editora jefe online de KPLU Radio (Seattle) dice: "A veces nos olvidamos de que hay mucha gente a la que no podemos llegar a través de Internet.Entre ellos se encuentran los sin voz, los más pobres, los más vulnerables".

Pérdida de condiciones laborales
Como no podía ser menos, las quejas sobre los despidos y empeoramiento de las condiciones de trabajo son muy repetidas. Como muestra, José Antonio Lavado, coordinador de Equipo de Investigación: "Pretender que la misma persona consiga una información, escriba un texto, haga las fotos, grabe un vídeo, lo edite y lo cuelgue todo, y además de manera inmediata, sólo conduce a un resultado mediocre. Barato, pero chapucero. Y el público tiene el derecho, casi la obligación, de exigirnos resultados brillantes".
Sin embargo, no podemos confundir la crisis del modelo de negocio con la del periodismo; como recuerda el ya citado David Bollero, señalando que algunos medios internacionales muestran que "internet no es sinónimo de menos plantilla, más bien al contrario". Pero sí hay algunos profesionales que destacan que el periodismo 2.0 tiene sus esclavitudes.
Para Carlos Pizá de Silva, delegado de ElEconomista.es en Andalucía, las redes sociales "aumentan considerablemente la jornada laboral y obligan a un sobreesfuerzo de atención a múltiples fuentes -las tradicionales y las nuevas ligadas a redes sociales- que aumenta el estrés y la presión para estar permanentemente al día".
Y del oficio de commnunity manager, Javier Muiña, responsable de comunidad de Marca, dice que su trabajo tiene "ciertas ventajas, pero también sacrificios, como pueden ser los horarios, que no son tan estrictos como en otros departamentos. He trabajado muchos fines de semana, muchas noches".


Desde luego, ninguna de estas quejas es nueva y la esencia del periodismo, como también dicen varios entrevistados, no ha cambiado; pero constatar las preocupaciones comunes del momento actual es sin duda el primer paso para corregir el rumbo.


(NOTA: Los cargos de los periodistas citados se refieren siempre al momento en que fueron entrevistados para TreceBits, entre junio de 2011 y enero de 2014, y han podido cambiar)

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