20 febrero 2014

Cómo manipular telediarios según Eco

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Umberto Eco publicó en 1972 el ensayo periodístico El televidente, luego recogido en su libro La estrategia de la ilusión, en el que a partir de la visión de todos los telediarios de la RAI (eran tiempos de monopolio estatal) durante cinco días de enero, resumió diez reglas de manipulación de la noticia y lo que el llama recurso a dos efectos para construir y distribuir las noticias. Pese a los cambios de toda índole desde entonces, muchas de las ideas de este artículo siguen vigentes; no sólo en la elaboración de informativos televisivos, sino en otros muchos casos en los que se quiere hacer pasar propaganda por información.

Las reglas para manipular
Las primeras ocho reglas de manipulación en las palabras textuales de Eco, son:
1: «Sólo se comenta aquello que se puede o debe comentar».
2: «La noticia verdaderamente orientada no requiere comentario abierto, sino que se basa en la elección de los adjetivos y en un diestro juego de contraposiciones»
3: «Ante la duda, mejor callar»
4: «Ponga la noticia incómoda donde nadie la espera ya»
5: «No decir nunca polenta cuando puede decirse pastel de maíz»
6: «Ofrezca la noticia completa sólo cuando la prensa del día siguiente la haya difundido»
7: «Manifiéstese solo si el gobierno ya se ha manifestado»
8: «No omita jamás la intervención de un ministro»
Cambiando matices como "la prensa del día siguiente" o "el gobierno", ¿no vienen a la cabeza ejemplos de medios, no solo telediarios, que comunican así?.

A estas reglas, el ensayista italiano suma otras dos que, a diferencia de las anteriores, son exclusivas del medio audiovisual y están ya desfasadas: «Las noticias importantes deben darse sólo oralmente. Las irrelevantes pueden y deben ser filmadas» y «Sólo se darán imágenes de las cosas importantes si ocurren en el extranjero».
Desde hace tiempo la noticia es la imagen y la cámara ha acabado siendo el sujeto noticioso. No se concibe una noticia sin imágenes, aunque, como señala Javier Sáez, en el libro colectivo Sur y comunicación: "la imagen no solo no es objetiva, sino que a veces es falsa o desinformación que oculta lo esencial de los hechos".

Dos tácticas de chiste: descontextualizar y aislar
Eco enlaza estas reglas con lo que el llama efecto Pelagatos, tomando el nombre del personaje de este chiste: "El capitán manda llamar al cabo para pedirle que, con la debida delicadeza, comunique al soldado Pelagatos que sus padres han muerto. El cabo ordena entonces: «¡Todos los soldados que todavía tengan los padres vivos que den un paso adelante!», para agregar luego furioso: «¡Pelagatos! Eres siempre el mismo pelmazo. ¡Vuelve a la fila!»". Es decir, no explicar el verdadero centro del asunto, sino centrarse en aspectos parciales y sin contexto.
En su ensayo, Eco pone el ejemplo del tratamiento de un obrero muerto en accidente laboral. Primero se informó del suceso sin más; al día siguiente, después de que la prensa denunciase la falta de un equipo de seguridad como causa, se habló de una huelga de obreros demandando mejores condiciones de trabajo, pero sin relacionar los dos hechos; al día siguiente, se informó del entierro y se citó brevemente que los sindicatos criticaban la falta de medidas de seguridad; finalmente, esa noche se trató ampliamente que el ministro de Trabajo amenazaba a las empresas siderúrgicas con severas sanciones si no cumplían las medidas legales de seguridad... punto que no se había mencionado antes.
Aún suma Eco el que llama efecto Gioconda, "por referencia a una conocida viñeta de Charles Addams en la que se ve una platea de cinematógrafo llena de rostros que ríen a mandíbula batiente. Al observar más detenidamente el dibujo se descubre, confundida entre el público, a la Gioconda que, naturalmente, sólo sonríe. El efecto cómico es innegable, pero sólo a condición de que el lector haya observado bien y durante un tiempo la viñeta, de otro modo sólo ve una masa indiferenciada de rostros que ríen. Ahora bien, cuando una noticia tiene un tiempo de exposición rápido y sólo se escucha la voz del informador sin que la vista se detenga en una imagen particularmente significativa, es evidente que el hecho de verdad importante —en especial si se pospone— se pierde".
Como dice luego el autor, la noticia relevante se disimula "en una especie de borborigmo continuo que atenúa la atención del telespectador".

Crear confianza
Un último aspecto que trata Eco, aunque lateralmente, es que la manipulación informativa, para ser efectiva, se preocupa especialmente de dar una imagen de confianza, constatando lo obvio; por ejemplo, con la información del tiempo: "Quizá porque las noticias sobre la nieve, además de agradables para la vista, parecen ser absolutamente verdaderas y se ganan la confianza del telespectador, que se asoma a la calle y observa que de verdad nieva y termina llegando a la conclusión de que la televisión dice las cosas tal como son".
Y esta confianza es el primer paso para otros males, en donde, citando de nuevo a Javier Sáez, la verificación de hechos se sustituye por la repetición, para "sentirse unido".


(Imagen elaborada a partir de lasfotografías de ebnz -carta de ajuste- y Kevin Simpson -televisión-;publicadas en Wikipediay Flickr bajo licencia CC-by)

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